Se trata, antes que nada, de una actitud de respeto hacia los demás, de consideración por el tiempo de los otros, es una muestra de buena educación.
Los
países que se superan y avanzan tienen, como características
principales y sobresalientes, la organización y la escrupulosidad al
momento de obedecer horarios.
Estar
a tiempo, cumplir con el compromiso, asumir una responsabilidad, es
mostrar a los demás que somos confiables. Esto aporta a nuestra
personalidad el valioso precinto de “merecedor de confianza”. Somos
capaces de ejecutar tareas y llevarlas a buen término, porque mostramos
interés y madurez, tenemos lo que hace falta, carácter, orden y
eficacia.
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